Hasta este momento, poco más de 90,000 personas alrededor del mundo han contraído el virus SARS-CoV-2.
Causante de la enfermedad COVID-19, con más de 3000 muertes que representan alrededor del 6 % de los afectados.
Sin embargo, hay un grupo de personas que se encuentra relativamente a salvo: los niños.
Hasta la fecha, únicamente 2.4% de los casos de COVID-19 se ha presentado en niños.
De estos, únicamente el 2.5% ha tenido síntomas graves y solo el 0.2% han alcanzado un estado de salud crítico.
Sin embargo, hasta la fecha no hay ninguna muerte en niños menores de 10 años causada por esta enfermedad.
Y únicamente 9 niños menores de 1 año de edad se han infectado y presentaron síntomas leves.
Aún no existen respuestas contundentes para este fenómeno. El Dr. Frank Esper, experto en infecciones pediátricas de la Cleveland Clinic ha mencionado que:
«Los coronavirus suelen afectar de igual manera a niños y adultos, pero por alguna razón, el virus al que actualmente nos enfrentamos ataca más a los adultos.»
Este comportamiento del virus es similar al que se presentó en 2002 con el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SARS), en el que los menores de 12 años tuvieron únicamente síntomas leves.
Aunque los niños menores de 5 años de edad son mucho más susceptibles a complicaciones provocadas por otros virus respiratorios como la influenza, los coronavirus parecen tener un comportamiento indolente.
De acuerdo al Dr. David Weber de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos:
«Esta tendencia podría ser debida a que hay menos exposición de los niños al virus o a que la respuesta de sus cuerpos ante el virus es diferente a la de los adultos.»
Tampoco se ha encontrado que el virus pueda transmitirse a través de la leche materna.
Por lo que no se recomienda interrumpir la lactancia, aun cuando la madre sea un caso confirmado de COVID-19.
Debido a que la leche contiene sustancias que son de vital importancia para el desarrollo del sistema inmune del bebé.
Solo se recomienda utilizar un cubrebocas y mantener una higiene exhaustiva de manos y pechos antes de tocar al niño.
Así como de bombas de succión y cualquier otro utensilio empleado para alimentar al niño.
Para mantener a los niños sanos, se recomienda seguir las recomendaciones habituales: lavar sus manos frecuentemente con agua y jabón o gel desinfectante a base de alcohol, evitar estar en contacto con otras personas con síntomas respiratorios y mantenerse al día en su esquema de vacunación, incluyendo la influenza.
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