Un día como hoy, pero de 1971, se realizó:
La primera tomografía computarizada con fines clínicos en el hospital Atkinson Morley de Londres.
En una paciente con sospecha de tumor en el lóbulo frontal, con un aparato prototipo:
Godfrey Hounsfield contruyo el EMI Mark I, y su equipo, en los Laboratorios Centrales de Investigación de la compañía EMI, al este de Londres.
Se confirmó, gracias a este estudio, el diagnóstico de la paciente.
Quien fue operada de manera exitosa y de acuerdo a las palabras del cirujano, “el tumor se veía exactamente como en la imagen”.
Después de estudiar electrónica y radares, inicialmente en la Real Fuerza Aérea británica durante la segunda guerra mundial y luego en el Faraday House Electrical E comenzó a trabajar en EMI en 1951.
Inicialmente en el desarrollo de radares y sistemas de guía para armamento.
Durante unas vacaciones, tiene la idea de reconstruir la imagen en tercera dimensión de una caja a partir de una serie de “rebanadas” del objeto.
Si bien la idea inicial de una tecnología que pudiera obtener imágenes del cerebro mediante rayos X fue del neurólogo y psiquiatra americano William Oldendorf, quien incluso patentó el diseño de una máquina en 1963.
El trabajo indepediente de Hounsfield y del físico sudafricano Allan MacLeod Cormack.
Tiene como resultado el primer equipo de tomografía computada.
Ellos trabajaron en los modelos matemáticos que permitieran la combinación de múltiples imágenes de rayos X.
Nunca trabajaron juntos, pero obtuvieron el premio Nobel por este invento en 1979.
Así mismo, Hounsfield es nombrado caballero en el año de 1981, además de recibir otros múltiples premios.
James Ambrose era radiólogo en el hospital Atkinson Morley, que era uno de los centros de cirugía más importantes del Reino Unido.
Él fue el primero en reconocer el verdadero potencial de la tomografía computarizada.
Y ayudó a Hounsfield a integrar los aspectos clínicos y técnicos, además de que interpretó los resultados de los primeros estudios.
El primer equipo de tomografía tenía una matriz de 80 x 80 con una resolución espacial de 0.5 cm y requería el empleo de una bolsa de agua para estabilizar y normalizar la imagen.
Cada imagen requirió de 4 minutos para ser obtenida y 7 minutos más para reconstruirse.
Gracias a las contribuciones de todas estas personas, actualmente una tomografía del cráneo, como la realizada aquel 1o de octubre de 1971, puede obtenerse en menos de un segundo.
Con las imágenes disponibles para su interpretación inmediata por un especialista.
La tomografía computarizada es sin duda uno de los inventos del siglo XX que han tenido mayor impacto en la medicina y cuyo desarrollo continúa sorprendiéndonos en la actualidad.
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