Una grata sonrisa y un buen aliento son parte importante de nuestra personalidad.
Además de verse bien, nuestra boca tiene diferentes actividades y funciones en nuestro día a día.
La boca, dientes y saliva son la vía de entrada de los alimentos a nuestro cuerpo. Iniciamos la ingestión y la degustación con la degradación de la comida y la bebida.
Es el medio por donde se emiten las palabras, se expresa nuestra voz y nos permite la comunicación.
También sus movimientos y posición externa diversos estados de ánimo e incluso es la vía por la que expresamos algún sentimiento afectivo a otra persona a través de un beso.
Por lo que la salud bucal y el cuidado dental deben ser una rutina diaria de aseo y cuidado personal.
Sin olvidar que la boca se encuentra íntimamente relacionada con el resto del cuerpo, por medio de los nervios y vasos sanguíneos, así que una falla por una lesión o enfermedad puede alterar más allá de la misma boca y dientes.
El cepillado, el uso de hilo dental y enjuagues son algunas recomendaciones que se deben implementar después de cada comida.
Sin embargo, las enfermedades bucodentales se mantienen como un problema de salud en gran parte de la población.
Podemos resaltar que las caries es el problema de salud más frecuente.
Dolor y molestias, periodontitis, pérdida de piezas dentales, cambios morfológicos, cáncer, manifestaciones bucodentales del VIH e incluso sin una atención adecuada puede provocar la muerte.
Entre las causas de estos problemas podemos mencionar la falta de higiene, dietas altas en azúcares, consumo de tabaco, abuso del alcohol y de drogas.
Pero algo importante es que, la mayoría de los problemas de salud bucodental son prevenibles y se pueden tratar de manera satisfactoria en sus etapas iniciales.
Un problema de tipo social que influye es que una buena parte de la población no tiene cobertura gratuita en los servicios de atención bucal.
Asimismo no se asiste a una aplicación de flúor de manera periódica, el consumo de agua de mala calidad, la invasión de publicidad que fomentan el consumo de bebidas y alimentos ricos en azúcares son el origen de:
Caries:
Se produce cuando la placa bacteriana que se encuentra en la superficie de los dientes convierte el azúcar en ácidos que poco a poco van lastimando la capa externa del diente, provocando caries, dolor y en un estado avanzado la pérdida del diente e infección.
Gingivitis:
Es una afectación de los tejidos que rodean y sostienen al diente. La encía presenta hinchazón, enrojecimiento y sangrado, lo que genera malestar y mal aliento.
Periodontitis:
Es una fase severa de la gingivitis, en donde las bacterias han alcanzado la línea gingival, llegan al hueso y a los tejidos que soportan al diente causando recesión del hueso, mal aliento y pérdida del diente.
Halitosis o mal aliento:
Está provocada en su mayoría, por enfermedades periodontales de la boca, falta de higiene o por el consumo excesivo de tabaco, alcohol y drogas. Aunque en algunos casos está asociada con problemas hepáticos o problemas del aparato digestivo o respiratorio.
Para evitar este mal se recomienda el uso de limpiadores linguales para eliminar la suburra –capa blanca que se forma en la lengua-, así como enjuagues y seguimiento de un odontólogo/a.
Afta:
Es una úlcera o pequeña llaga abierta y dolorosa en la boca.
Se presentan de color blanco o amarillo rodeadas de una coloración rojiza. Su origen puede ser por una lesión, limpieza de manera agresiva, mordeduras.
Otros factores son el estrés, cambios hormonales, problemas del sistema inmunitario y falta de algunas vitaminas.
Las lesiones desaparecen con el tiempo.
Herpes labial:
Puede aparecer en la boca y los labios.
Su origen se debe al virus del herpes simple (VHS-1), por lo que es contagioso y lamentablemente se mantiene toda la vida, pero se puede controlar con medicamento.
Cáncer oral:
Las principales causas de este mal se asocian al consumo de tabaco y el alcohol, junto al virus del Papiloma Humano son las causantes del aumento de casos de cáncer oral entre los jóvenes.
Manifestaciones bucodentales de la infección por el VIH:
“Las más frecuentes son infecciones fúngicas, bacterianas o víricas, entre las que la candidiasis bucal es la más frecuente y suele ser el primer síntoma. Las lesiones bucales por el VIH causan dolor, molestias, sequedad de boca y dificultades de deglución”.
No hay mejor tratamiento que la prevención.
Asistir por lo menos cada semestre a una consulta odontológica para una revisión, limpieza y aplicación de flúor.
El especialista te atenderá y hará las recomendaciones para elegir el mejor cepillo, limpiador y enjuagues; te enseñará las técnicas adecuadas para el cepillado, uso de hilo dental y limpiador de lengua.
Asimismo, debes implementar una dieta equilibrada evitando azúcares, consumir frutas y verduras. Que el agua sea tu principal bebida.
Después de cada comida implementa el consumo de agua natural, un vaso o más te ayudará a remover el ácido acumulado por los alimentos; al mismo tiempo se hidratan las encías, se limpia la placa y evita la gingivitis.
Diversos minerales como el calcio, magnesio, potasio, sodio, cobre, zinc y fósforo se obtienen del vital líquido, importantes para el mantenimiento de la salud.
Beber constantemente agua permite producir la cantidad necesaria de saliva a la que no debemos restar importancia en nuestra salud dental.
Es responsable de la dilución y eliminación de los azúcares y otros componentes, mantiene el equilibrio entre la desmineralización / remineralización y tiene una acción antimicrobiana.
Actualmente es un buen referente para evaluaciones y diagnósticos de nuestra salud.
Tu sonrisa es inolvidable, cuida tu salud bucal.
